Nov 7, 2014

La muerte y nosotros no somos amigos

Es curioso que apenas acabamos de pasar el Día de Muertos y lo festejamos en grande, estamos en muchos de los casos recuperando nuestras tradiciones, sobretodo para aquellos que vivimos fuera de nuestro país de origen y aún a pesar de esto, no logramos empatizar con la muerte.
Pareciera que nos gusta el tema, que hacemos rito y todo, pero a la hora en la que la muerte se presenta con nosotros nada más no sabemos ni qué hacer.
Repelamos, rechazamos, lloramos desgarrándonos y hasta maldecimos y nos preguntamos el ¿por qué?
Claro que la muerte en muchos casos es sorpresiva y conlleva a un sin fin de reacciones emocionales inexplicables que son imposibles de controlar...pero...entonces ¿dónde queda esa relación cercana que establecemos con ella desde nuestros ancestros?, ¿no existe más? o es que es un cosa diferente?
De todo esto se desatan temas de los cuales pudieramos platicar y platicar y platicar sin cansancio. La reencarnación, las ofrendas, el ¿por qué?, estudiar un poco más a detalle el origen de todo esto, y encontrar muchas de las contradicciones entre lo que mantenemos como culto y la religión que praticamos; y así millones de cosas alrededor.
El punto es: La muerte es aquello que no podemos evitar, tarde que temprano "nos tocará" y para ese momento debemos estar preparados; o debía decir, deberán estar preparados. Porque prácticamente quienes sufren son todos aquellos seres que nos aman y que son parte de nosotros. Algunas veces también nosotors según el momento que nos corresponda vivir para llegar a ella pero siendo los que "nos vamos" la cuestión debería ser más simple, ya no tenemos que preocuparnos por el mañana, si no por el hoy y por lo que aún podemos hacer si es que ese es nuestro caso.

Vaya tema complicado. Todo sea solo para decir que la muerte es algo trágico, todos tenemos nuestro tiempo y nuestro momento, nuestro lugar y nuestra forma. Todo tiene un inicio y un fin, hágamos que la duración tenga sentido, vivamos, disfrutemos, déjemos vivir, ayudemos, bailemos, gritemos, lloremos, riamos, tomémonos de la mano y hagamos d enuestro paso por la vida uno memorable, si no para los demás, para NOSOTROS MISMOS. Vayámos satisfechos de lo que hicimos, de lo que dejamos de hacer, de lo que sufrimos, de lo que gozamos, de lo que disfrutamos la vida y todo lo que en ella pasó. Despidámonos de ella diciéndo como aquella canción: "Gracias a la vida que me ha dado tanto..."

Despidamos a quienes se han ido con una sonrisa de agradecimiento y paz y honrémoslos.